Lo que está sucediendo con el COVID, su tercera oleada y la mutación del virus que cada vez es más agresivo y mortal, parece cuento de terror que se hace más dramático al observar las cifras de nuevos contagios y decesos, las mismas nos ubican en nuestra realidad. 

Lamentablemente parece que la pandemia es cuento de nunca acabar pues a pesar de que la gente está tomando conciencia y viendo la necesidad de vacunarse el COVID sigue imparable, el virus está mutando y se torna más difícil controlarlo.  

Las cifras de contagios y decesos son alarmantes, tan solo ayer, de acuerdo a la secretaria de salud, para antes de las 16 horas ya se tenían contabilizados en Tamaulipas 319 nuevos contagios y 12 muertos, a la fecha han fallecido 5,653 personas a causa del COVID en Tamaulipas.  

Cierto, esos son los números oficiales, siempre conservadores porque muchos casos ni se reportan, en situación de esta enfermedad tal vez sean el doble o triple, quizá la cifra sea muy superior, pues mucha gente se realiza las pruebas de manera privada y al salir positivos se atienden en sus hogares, aunque estén graves no reportan a la secretaria de salud por lo tanto no están contabilizados.  

Antes se hablaba de casos de personas lejanas, ahora se habla de gente cercana y hasta en primera persona, lo vivido en carne propia, sin temor a equivocarnos hoy en cada familia de este bello país han tenido por lo menos a un familiar contagiado de COVID, muchos se han recuperado, pero igual es verdad que otra tanta gente no ha vivido para contarla.  

Es grave el COVID-19, no solo por lo que se vive en el tiempo que dura el virus en las personas, sino lo que se padece después de recuperarse, ya nada es igual, las secuelas traen muchos problemas físicos, emocionales y hasta económicos.  

Soy enemiga de que se genere psicosis, de que se infunda miedo entre la población, pero lo que está sucediendo con la pandemia del COVID-19 si es para sentir terror, ya se vive la tercera oleada y lo deberíamos saber porque parece que contando la verdad es la única forma de que toda la gente comience a tomar conciencia de la gravedad del tema.  

Cierto es que el miedo también enferma, sin embargo, en esta ocasión el miedo no mata y el COVID si, tener miedo puede ser la salvación de muchas personas para no resultar infectadas de este coronavirus y sus diferentes cepas.  

Miedo de infectarnos del virus si asistimos a eventos masivos, si no utilizamos el cubre bocas, si no atendemos la sana distancia o constantemente lavamos o desinfectamos las manos. 

Si la gente tiene miedo de contagiarse y que su familia se contagie del virus, tomará todas las medidas necesarias, atenderá las recomendaciones y tratará en todo lo que le sea posible resguardarse en su casa para no ser un número más de las alarmantes estadísticas que marcan la cantidad de contagios y muertes que se siguen registrando.  

Afortunadamente la vacunación avanza y cada vez la gente está más consiente de la necesidad de aplicarse la vacuna, quizá no proteja al 100 por ciento de contagios y menos de las nuevas cepas, pero siempre será mejor tener un refuerzo contra este virus agresivo y mortal.  

Cuidar la salud propia y de quienes nos rodea es una obligación por lo tanto y aunque parezca que ya se aprendió a vivir con el COVID la verdad es que no es así, el virus puede atacar sin consideración, razón por la que debemos evitar en lo posible acudir a eventos donde se tenga concentración de gente y no se respete la sana distancia.  

Para contener el virus todos debemos aplicarnos, vacunarnos y atender las recomendaciones de salud, de lo contrario el COVID con su realidad será un cuento de nunca acabar.   

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10